Las hojas del Aloe Vera merecen especial atención, puesto que de ellas se extrae el jugo usado históricamente para curar todo tipo de dolencias. Carnosas, con un tamaño de 50 cm de largo y un considerable grosor, son capaces de acumular gran cantidad de agua.
En las horas de sol, para evitar la evaporación, el Aloe cierra sus poros o estomas, conservando así el agua de su interior. Estas reservas son almacenadas y consumidas lentamente cuando las lluvias escasean, de este modo, pueden llegar a reducir su tamaño, y consistencia e incluso a sacrificar alguna de sus hojas para poder sobrevivir.
Aloe vera precisa un mínimo de 320 días de sol al año y se alimenta en un 98% del aire. Necesita al menos tres a cuatro años para madurar y poder cosecharla.
En el colegio las hay en el huerto, rosaleda y otros jardines.
Principales productores de Aloe Vera a nivel mundial |
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